miércoles, 20 de junio de 2012

Cuba, único país del mundo con desarrollo sostenible, según WWF


Cuba es el único país del mundo con desarrollo sostenible, según el informe bianual presentado hoy por la organización WWF en Pekín, y que señala que el ecosistema 'se está degradando a un ritmo sin precedentes en la historia'.


De acuerdo con el informe, que WWF elabora cada dos años y por primera vez se presentó en la capital china, si las cosas siguen como en la actualidad, hacia 2050 la humanidad necesitaría consumir los recursos naturales y la energía equivalentes a dos planetas Tierra.

Se trata de un círculo vicioso: los países pobres producen un daño per cápita a la naturaleza mucho menor, pero a medida que se van desarrollando -y en esta tesitura están China o la India- el índice va aumentando a niveles insostenibles por el planeta.

WWF ha elaborado en su informe un gráfico en el que sobrepone dos variables: el índice de desarrollo humano (establecido por la ONU) y la llamada 'huella ecológica', que señala la energía y recursos por persona que se consumen en cada país.

Sorprendentemente, sólo Cuba tiene en ambos casos niveles suficientes que le permiten ser designado un país que 'cumple los criterios mínimos para la sensibilidad'.

'No significa, por supuesto, que Cuba sea un país perfecto, pero sí que es el que cumple las condiciones', destacó en respuesta a una pregunta de Efe, Jonathan Loh, uno de los autores del estudio.

'Cuba alcanza un buen nivel de desarrollo según la ONU gracias a su alto nivel de alfabetización y una esperanza de vida bastante alta, mientras que su 'huella ecológica' no es grande al ser un país con bajo consumo de energía', añadió Loh, quien presentó el estudio en Pekín.

De hecho, la región latinoamericana en general parece ser la que se encuentra más cerca de la sustentabilidad, ya que otros países como Brasil o México están cerca de los mínimos necesarios, frente a la situación de regiones como Africa (con bajo consumo energético pero muy subdesarrollada) o Europa, donde se da el caso inverso.

'No sé exactamente a qué se debe este hecho (la buena situación de Latinoamérica), pero sí se puede dar uno cuenta que es allí donde la gente parece más feliz, y quizá se deba a un mayor equilibrio entre desarrollo y medio ambiente', aseguró el autor del estudio.

Pese a las buenas vibraciones transmitidas por el bloque latino, la situación global que pinta el informe de WWF es desalentadora: por ejemplo, el número de especies de animales vertebrados ha descendido un 30 por ciento en los últimos 33 años.

La huella que deja el hombre es tal que 'se consumen recursos en un tiempo muy rápido, que impide a la Tierra recuperarlos', destacó el director general de WWF, James Leape, quien también participó en la presentación del informe en Pekín.

La 'huella ecológica' del hombre, su consumo de recursos, se ha triplicado según WWF entre 1961 y 2003, por lo que el ser humano ya impacta en el planeta un 25 por ciento más de lo que el proceso regenerativo natural de la Tierra puede admitir.

Hay además un empeoramiento de la situación, a pesar de esfuerzos como el Protocolo de Kioto para intentar arreglarla: en el anterior informe de WWF, publicado en 2004, el impacto del hombre sobrepasaba en un 21 por ciento a la capacidad regeneradora del planeta.

El nuevo informe de la organización coloca en la 'lista negra' de países con alto consumo per cápita de energía y recursos a Emiratos Arabes Unidos, EEUU, Finlandia, Canadá, Kuwait, Australia, Estonia, Suecia, Nueva Zelanda y Noruega.

El hecho de que el informe se haya presentado en China muestra la importancia que WWF da al futuro de la economía asiática, pues la forma en que escoja desarrollarse 'es clave para que el mundo avance hacia el desarrollo sostenible'.

Pese a que China es por ejemplo el segundo mayor emisor mundial de gases contaminantes, debido a su gran población su 'huella ecológica' per cápita es, como en el caso de la India, muy baja en comparación con los países del Primer Mundo.

El experto Jiang Yi, de la universidad pequinesa de Tsinghua, apuntó en el acto celebrado en Pekín que una de las claves para mejorar el consumo de recursos y energía en China es 'desarrollar un sistema rural de equilibrio energético' e investigar alternativas de calefacción y aire acondicionado para las casas chinas.

El tema no es baladí en un país donde, con las altas temperaturas veraniegas, los aires acondicionados causan enormes déficits energéticos y apagones en las zonas más desarrolladas de China, especialmente en el delta del río Yangtsé.

jueves, 14 de junio de 2012

Actitudes criticas y proactivas ante Rio-20

Creo que se imponen tres actitudes que necesitamos desarrollar de cara a la Río+20.

La primera es concientizar a los que toman las decisiones y a toda la humanidad de los peligros a los que están sometidos el sistema-Tierra, el sistema-vida y el sistema-civilización. Las guerras actuales, el miedo al terrorismo y la crisis económico-financiera instalada en el corazón de los países centrales, nos están haciendo olvidar la urgencia de la crisis ecológica generalizada. Los seres humanos y el mundo natural están en una peligrosa ruta de colisión. De nada vale garantizar un desarrollo sostenible y verde si no garantizamos primero la sostenibilidad del planeta vivo y de nuestra civilización. Esta concientización debe hacerse a todos los niveles, de la escuela primaria a la universidad, de la familia a la fábrica, del campo a la ciudad.

La segunda actitud tiene que ver con un desplazamiento y una implicación que hay que realizar. Urge desplazar la discusión desde el desarrollo hacia la sostenibilidad. Si nos quedamos en el desarrollo, nos enredamos en las mallas de su lógica, que es crecer más y más para ofrecer más y más productos de consumo para el enriquecimiento de unos pocos a costa de la superexplotación de la naturaleza y de la marginación de la mayoría de la humanidad. La investigación del Instituto Federal Suizo de Investigación Tecnológica (ETH) reveló en 2011 la tremenda concentración de riqueza y de poder en poquísimas manos: 737 corporaciones controlan el 80% del sistema empresarial mundial, y un núcleo duro de 147 controla el 40% de todas las corporaciones, la mayoría financieras. A este poder económico le siguen el poder político (influye en los rumbos de un país) y el poder ideológico (impone pensamientos y comportamientos). La huella ecológica de la Tierra reveló que ésta sobrepasó en un 30% sus límites físicos. Forzarlos es obligarla a defenderse. Y lo hace con tsunamis, crecidas, sequías, eventos extremos, terremotos y el calentamiento global. Y también con las crisis económico-financieras que se incluyen en el sistema-Tierra viva. El tipo de desarrollo vigente es insostenible. Da igual el adjetivo que le agreguemos: humano, verde, responsable y otros. Llevarlo adelante a cualquier precio como todavía propone el texto de base de la ONU nos aproxima a un abismo sin retorno.

Desplazarse al tema de la sostenibilidad significa crear mecanismos e iniciativas que garanticen la vitalidad de la Tierra, la continuidad de la vida, la atención a las necesidades humanas de las generaciones presentes y futuras, de toda la comunidad de vida, y poder conservar nuestra civilización. Esta manera de comprender la sostenibilidad es más amplia que la del desarrollo simple y duro.

Para alcanzar tal propósito, es necesario una nueva mirada sobre la Tierra, un re-encantamiento del mundo y un nuevo sueño. Esto significa inaugurar un nuevo paradigma. Si antes el paradigma era de conquista y de expansión, ahora, debido a los graves peligros que corremos, deberá ser de cuidado y de responsabilidad global. Necesitamos incorporar la visión de la Carta de la Tierra que propone tales actitudes en el marco de una visión holística del universo y de la Tierra. Ella ve nuestro planeta como un planeta vivo, con una comunidad de vida única. Es fruto de un vasto proceso evolutivo que dura ya 13,7 miles de millones de años. El ser humano se presenta como la expresión avanzada de su complejidad e interiorización. Y tiene la misión de cuidar y de preservar la sostenibilidad de la naturaleza y de sus seres.

Esta visión sólo será efectiva si es algo más que un desplazamiento de visiones. La ciencia no produce sabiduría sino solo informaciones. Es decir, no ofrece una visión global e integradora de la realidad interior y exterior (sabiduría) que motive a la transformación. Por eso debe venir acompañada con la implicación de una emoción fundamental. Es importante hacer una lectura emocional de los datos científicos, porque es la emoción, la pasión, la razón sensible y cordial las que nos moverán a la acción. No basta adquirir conocimiento. Tenemos que concientizarnos, en el sentido de Paulo Freire, llenarnos de indignación y de compasión y poner manos a la obra.

Por lo tanto, junto a la razón intelectual, indispensable, que ha predominado durante siglos, hay que rescatar la razón sensible y emocional, que ha sido puesta al margen. Ella es el nicho de la ética y de los valores. Nos hace sentir el dolor de la Tierra, la pasión de los pobres y el llamamiento de la conciencia a superar estas situaciones con otra forma de producir, de distribuir, de consumir.

La tercera actitud es de trabajo crítico y creativo dentro del sistema. Ya se ha dicho que los viejos dioses (la conquista y dominación) no acaban de morir y los nuevos (cuidado y responsabilidad) no acaban de nacer. Estamos obligados a vivir en el entretiempo: con un pie dentro del viejo sistema, trabajando y ganando la vida en el ámbito de las posibilidades que tenemos, y con otro pie dentro del nuevo que está despuntando por todas partes y que asumimos como nuestro. Hay muchas iniciativas que pueden ser implementadas y que apuntan a lo nuevo.

Fundamentalmente importa recomponer el contrato natural. La Tierra es nuestra Gran Madre, como lo aprobó la ONU el 22 de abril de 2009. Ella nos da todo lo que necesitamos para vivir. La contrapartida por nuestra parte sería el agradecimiento en forma de cuidado, veneración y respeto. Hoy necesitamos reaprender a respetar todo lo de la Tierra, los ecosistemas y a cada ser de la naturaleza, pues poseen valor intrínseco independientemente del uso que hagamos de ellos, como enfatiza la Carta de la Tierra. Esta actitud es casi inexistente en las prácticas productivas y en los comportamientos humanos. Pero podemos resucitar ese sentido de amor, de autolimitación de nuestra voracidad y de respeto a todo lo que existe y vive. Él disminuiría la agresión a la naturaleza y haría nuestras actitudes más ecoamigables.

Defender la dignidad y los derechos de la Tierra, los derechos de la naturaleza, de los animales, de la flora y de la fauna, pues todos formamos la gran comunidad terrenal.

Apoyar el movimiento internacional por un pacto social mundial en torno a lo que puede unirnos a todos pues todos dependemos de él: el agua, como un bien natural común, vital e insustituible. Crear una cultura del agua, no desperdiciarla (sólo el 0,7% de ella es accesible al uso humano) y hacerla un derecho inalienable de todos los seres humanos y de la comunidad de vida.

Reforzar la agroecología, la agricultura familiar, la permacultura, las ecoaldeas, la micro y la pequeña empresa de alimentos libres de pesticidas y de transgénicos.

Buscar de forma creciente energías alternativas a las fósiles, como la hidroeléctrica, la eólica, la solar, la de biomasa y otras.

Insistir en el reconocimiento de los bienes comunes de la Tierra y de la humanidad. Entre ellos se cuentan el aire, el agua, los ríos, los océanos, los lagos, los acuíferos, la biodiversidad, las semillas, los parques naturales, las distintas lenguas, los paisajes, la memoria, el conocimiento, las informaciones genéticas y otros.

Lo más importante de todo, sin embargo, es formar una coalición de fuerzas con el mayor número posible de grupos, movimientos, iglesias e instituciones en torno a principios y valores colectivamente compartidos, como los expresados en la Carta de la Tierra, en las Metas del Milenio, en la Declaración de los Derechos de la Madre Tierra y en el ideal del Vivir Bien de las culturas originarias de las Américas.

Por último, tenemos que ser conscientes de que el tiempo de la abundancia material, hecha a costa de no respetar los límites del planeta, de la falta de solidaridad y de piedad para con las víctimas de un tipo de desarrollo predatorio, individual y hostil a la vida, ha terminado. El crecimiento económico no puede ser un fin en sí mismo. Está al servicio del pleno desarrollo del ser humano, de sus potencialidades intelectuales, morales y espirituales. La economía verde inclusiva, la propuesta brasilera para la Río+20, no cambia la naturaleza del desarrollo vigente porque no cuestiona la relación con la naturaleza, el modo de producción, el nivel de consumo de los ciudadanos ni las grandes desigualdades sociales. Un crecimiento ilimitado no lo puede soportar un planeta limitado. Tenemos que cambiar de ruta, de mente y de corazón. En caso contrario, el destino de los dinosaurios podría ser también nuestro destino.

Finalmente, mi sentimiento del mundo me dice que no estamos ante una tragedia anunciada, sino ante una crisis de civilización generalizada. Contiene muchos peligros, pero si queremos, serán evitables. Puede significar el dolor de parto de un paradigma nuevo y el sacrificio que hay que pagar para dar un salto cualitativo hacia una civilización más reverente con la Tierra, más respetuosa de la vida, más amiga de los seres humanos y más hermanada con todos los demás seres de la naturaleza.

sábado, 9 de junio de 2012

Ecologistas mexicanos se sienten perseguidos “como conejos”

Otros dos ecologistas del Estado de Guerrero llevan seis meses desaparecidos

RAQUEL SECO. 08/06/2012 16:14

La asociación de una activista asesinada que defendía un manglar denuncia el riesgo de la lucha medioambiental

La violencia ataca al activismo medioambiental en el Estado mexicano de Guerrero. Fabiola Osorio Bernáldez, una ecologista que luchaba contra la construcción de un muelle en un manglar en la localidad de Pie de la Cuesta, en el turístico municipio de Acapulco, ha sido la última víctima del crimen organizado en la zona. Varios hombres armados bajaron de un coche y acribillaron a Osorio y a una amiga a balazos en el domicilio de la primera el pasado 31 de mayo.

“No tenemos pruebas de nada. Pero Fabiola era una piedrota en el zapato del Gobierno del Estado”, dice un representante de la asociación Guerreros Verdes, a la que durante los últimos meses estuvo vinculada la ecologista asesinada. Guerrero, una zona rica en recursos naturales y atractivos turísticos, vive asolada por la violencia en medio de un gran “proceso de militarización” que ha fomentado la corrupción y los lazos entre crimen organizado y política, comenta Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña de Tlachinollan. El portavoz de Guerreros Verdes reconoce que los miembros de la organización han recibido amenazas de “terminar como Fabiola” si no dejan de presionar para paralizar proyectos dañinos para el hábitat de la zona y pide permanecer en el anonimato porque, dice, están asustados y tienen que esconderse “como conejos”.

Otros dos ecologistas del mismo Estado, Eva Alarcón y Marcial Bautista, desaparecieron el pasado 7 de diciembre, al parecer secuestrados por hombres armados que los interceptaron cuando viajaban de Guerrero a la Ciudad de México. Allí, los dos activistas de la Asociación de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán tenían previsto reunirse con representantes del Movimiento por la Paz, la agrupación de familiares de víctimas de la violencia liderada por el poeta Javier Sicilia. El pasado 19 de abril fue asesinado Javier Torres Cruz, un defensor de los bosques de la Sierra de Petatlán y el 30 de diciembre del año pasado murió tiroteado el ecologista Asencio Villa en la localidad de Coyuca de Catalán, enumera la web Animal Político.

Osorio peleaba contra el proyecto de construir un muelle para atraer al turismo en la laguna de Coyuca. La obra fue anunciada en octubre de 2011 y paralizada al cabo de un mes por iniciativa de los Guerreros Verdes. Pero ella denunció que la empresa seguía adelante con las obras, y que de hecho más de 5.000 metros de manglar ya habían sido rellenados.

La lucha medioambiental en Guerrero “es muy riesgosa”, subraya Abel Barrera. “Todo el tema que han reivindicado Guerreros Verdes y otros ha afectado a los grupos empresariales que han ido apropiándose de las tierras que fueron originalmente de las comunidades campesinas”, explica.

"La escalada de violencia hacia la población civil y los defensores de los derechos humanos y del ambiente, particularmente en el estado de Guerrero es inadmisible", ha denunciado por su parte en un comunicado el Centro Nacional de Comunicación Social (CENCOS), una organización civil dedicada a informar sobre cuestiones relativas a los derechos humanos en México. "El asesinato de activistas, defensores y defensoras de derechos humanos se ha convertido en una política constante en México, además de las acciones de hostigamiento y persecución", aseguró la asociación Guerreros Verdes en otro texto, en el que recordaba que la muerte de Fabiola Osorio llegó solamente cinco días después del Día Mundial del Medio Ambiente.

Asesinan a niña indígena por tomar agua de un pozo del poblado vecino


Saúl Maldonado Corresponsal

■ El agresor intentó impedir que llenaran sus baldes; luego fue por una pistola y disparó

■ Ante la escasez en la zona la menor fue con su padre hasta Cantimplora para conseguir algo

Durango, Dgo., 8 de junio. Una niña indígena de ocho años fue asesinada de un balazo porque tomó agua para su familia de un pozo, ubicado en un poblado contiguo a donde vivía, en el municipio de El Mezquital, la zona tepehuana del estado. En esa región, 350 comunidades rurales están sin agua y eventualmente el gobierno les surte con pipas.

Regina Flores Flores caminó más de un kilómetro y medio desde su comunidad para llegar al pozo de agua. Acompañaba a su padre y cargaba su propio bidón. Vivía en El Chalate, un poblado localizado en Santa María de Ocotán, municipio de El Mezquital

Cuando Regina y su padre llegaron al pozo, ubicado en el poblado Cantimplora, Agustín de la Cruz Flores les hizo el alto, queriéndoles impedir que llenaran sus barricas. Los hombres iniciaron un pleito verbal.

Minutos después De la Cruz se retiró hacia su domicilio, mientras padre e hija llenaron sus tres barricas y se dispusieron a marcharse. Habían caminado unos metros cuando Agustín de la Cruz salió de su casa, pero esta vez con una pistola en mano y empezó a dispararles. Regina cayó al suelo con una bala en la espalda. El impacto fue sobre su riñón derecho lo que le provocó una hemorragia que derivó en la muerte.

Tras lo ocurrido, Agustín de la Cruz se dio a la fuga. De acuerdo con las primeras investigaciones, los pleitos por el agua entre los habitantes de El Chalate y Cantimplora no son nuevos. La comunidades están en una zona serrana, a la que se accede en camiones de redilas –no pueden transitar los autobuses de pasajeros porque son casi brechas–, y que desde la capital del estado está a no menos de siete horas de camino.

Vecinos de La Cantimplora dijeron a la fiscalía que no era la primera ocasión que De la Cruz discutía con los habitantes de El Chalate cuando éstos llegaban para tomar agua del pozo.

Incluso, con los padres de la pequeña Regina había peleado varias veces, y siempre los amenazaba diciéndoles que si volvían les echaría bala porque el pozo era propiedad de los habitantes de La Cantimplora.

El Chalate y La Cantimplora son parte de esas 350 comunidades rurales sin agua desde hace más de un año (no llueve desde hace 18 meses) y el líquido les llega en forma irregular porque los caminos son difíciles de transitar.

En otras 400 comunidades se han instalado tinacos de 10 mil litros, los cuales se llenan cada semana para que de ahí consuman agua los habitantes del lugar mientras les vuelven a surtir.

Las 10 presas más importantes del estado, y las de mayor tamaño se encuentran a un nivel promedio de 39 por ciento de almacenamiento; dos están por abajo del 10 por ciento; cinco más por abajo de 30 por ciento y las restantes alrededor de 40 por ciento; sólo una alcanza el 60 por ciento de almacenamiento.

jueves, 7 de junio de 2012

Aferrados a un nombre


Francisco Valdés Perezgasga

2012-06-03
El año pasado Pedro Arrojo, catedrático de la Universidad de Zaragoza, vino a La Laguna por segunda vez. Durante su plática confesó que, en su primera vez en nuestra tierra, había preguntado por las lagunas que nos dan nombre. Grande fue su sorpresa al saber que llevamos ya más de seis décadas huérfanos de lagunas. Fue entonces que se enteró que hasta la mitad del siglo veinte hubo aquí humedales grandes y únicos. Aún siendo especialista en el uso y el abuso del agua -en su Ebro y en el mundo- nuestra circunstancia le pareció especialmente dramática: una Comarca Lagunera sin lagunas. Hasta entonces se enteró que los humedales que daban nombre a esta región clavada en el árido y caliente corazón del vasto Desierto Chihuahuense tenían sesenta y más años desaparecidos.
Durante milenios, desde la última glaciación, éste fue un desierto periódicamente inundado por los dos ríos más grandes de México que nunca llegan al mar: el Nazas y el Aguanaval. La Laguna de Mayrán, La Vega de San Pedro, La Laguna de Viesca, La Laguna del Caimán, Tlahualilo -que en Náhuatl significa tierra inundada- o la Vega de Marrufo son hoy paisajes largamente olvidados, nombres casi borrados de nuestra memoria colectiva. A finales de los cuarenta un Okavango norteamericano desapareció frente a nuestros ojos. Después de más de sesenta años de presas, represas, diversiones, canales forrados de cemento y un feroz y despiadado ataque a los acuíferos se acabaron las lagunas y las vegas. Aún tenemos dos ríos que de repente reviven y también tenemos -es un decir- un acuífero que se llena de arsénico, fluor y otros venenos a medida que se encoge. Tras sesenta años de mal uso del agua estamos bebiendo lo que llovió hace milenios en las distantes sierras del oeste de Durango.
El origen de nuestro predicamento no tiene misterio. La Laguna es el hogar del emporio lácteo más grande de México que hoy es también -merced de adquisiciones y fusiones- el segundo emporio lácteo más grande de los Estados Unidos. Somos un desierto que exporta agua en la forma de leche, de queso, de mantequilla y de yogurt. Somos una comunidad de mineros del agua que escarbamos buscando riquezas pero que en el trayecto nos acercamos a nuestra propia destrucción. Mineros del agua para regar la alfalfa para alimentar a las vacas que nos dan la leche.
Pero poco a poco nos vamos dando cuenta que fue el agua lo que nos convocó a este rincón desértico y caliente. Que sin agua no permaneceremos. Poco a poco algunos nos damos cuenta que aún tenemos los ríos y algunos humedales encogidos y admirables donde hacen su hogar las aguilillas de cola roja, los capiturrines y los patos mexicanos. Como en el Parque Estatal Cañón de Fernández, un sitio Ramsar en el cercano Nazas, donde hay agua todo el año, lo que explica el maravilloso bosque de ahuehuetes milenarios que amacizan sus orillas. Un diminuto listón de frescor y de verde en medio de una aridez vasta y alta capaz de soportar también pequeñas poblaciones de raras aguilillas grises, patos del bosque y charas verdes. Un listón de frescor y verde en medio de un mar gris y café que funciona como un imán migratorio y aloja cada invierno a chipes, águilas pescadoras y monjitas.
Vivimos en La Laguna donde ya no hay lagunas y donde el agua desaparece por arte de la avaricia. ¿Que caso tiene seguir llamándonos lo que no somos? Quizá ningún caso, pero muchas laguneras y muchos laguneros vemos las maravillas del Nazas -y las del Aguanaval- y nos aferramos con amor y orgullo a nuestro gentilicio como quien se aferra a una verde y fresca esperanza. La esperanza de que nuestros ríos y nuestras lagunas vuelvan. La esperanza de que nuestro acuífero se rellene y vuelva a ser potable. La esperanza de saber que aquí nacerán, aquí crecerán y aquí progresarán los nietos de las nietas de nuestros nietos.

Desperdicia el mundo mil 300 millones de toneladas de alimentos: FAO


NOTIMEX/QUITO

Alrededor de mil 300 millones de toneladas métricas de alimentos se desperdician cada año en el mundo, pese a que mil millones de personas padecen hambre, alertó el representante de la FAO en Ecuador, Alan González.

El funcionario de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) precisó que de esos mil 300 millones de toneladas, 700 corresponden a los países desarrollados y un poco más de 500 a las naciones en desarrollo.

González se refirió a la situación alimenticia mundial y a los proyectos que la FAO ejecuta en Ecuador, con motivo de los 60 años de la presencia de esa organización de Naciones Unidas en este país sudamericano.

Explicó que el desperdicio de alimentos en el mundo se debe a malas prácticas agrícolas, de almacenaje o transportación, entre otras causas.

González resaltó la situación “irónica” que vive el mundo al registrar mil millones de personas con hambre, mientras por otro lado crece la producción mundial de alimentos, e indicó que ello se debe a un sistema de distribución “polarizado”.

Enfatizó que mientras en los países desarrollados hay una sobreoferta de alimentos, en otros lugares del mundo, como el Cuerno de África, hay una severa hambruna.

Precisó que del total mundial de personas que sufren hambre, 53 millones se encuentran en América Latina y, al referirse a Ecuador dijo que los puntos críticos están en la zona andina central, aunque la desnutrición infantil se está reduciendo.

Según González, se necesitarían unos seis mil millones de dólares para alimentar a los habitantes del Cuerno de África, pero esa cifra no contempla mantener medios de vida por un periodo largo.

Señaló que los pobres que viven en el campo son los más expuestos a padecer hambre, pese a que son los que están más involucrados en la producción de alimentos, aunque las personas de escasos recursos de zonas urbanas también están expuestos a este problema.

Al referirse a las tareas de la FAO durante sus 60 años de presencia en Ecuador, mencionó que el organismo ha ejecutado unos mil proyectos, la mayoría con grupos vulnerables pequeños, y ahora está dedicado a apoyar la política gubernamental del “buen vivir”.

Desaparece el agua en Charcos de Risa



6 Junio 2012
Luis Alberto López
Los pobladores aseguran sentirse solos, pues ninguna autoridad ya sea municipal, estatal o federal los visita. Creen que la situación de sequía es similar a otros ejidos como El Venado.

Se secan once estanques del ejido Charcos de Risa, dejando a los habitantes sin agua potable.

Francisco I. Madero • Abraham Ramírez González tiene 42 años y ha vivido siempre en el ejido Charcos de Risa, según recuerda, esa comunidad destacaba por los más de diez estanques que solían abastecerlos de agua para el consumo humano y de sus animales.

Hoy, los estragos de la sequía no han dejado ni la sombra de lo que alguna vez fue ese poblado del Valle de Acatita.

“Los once estanques que tenemos están secos, por lo regular cuando tenían agua la usábamos para los hogares, lavar la ropa o beber”, cuenta.

Únicamente cuenta con una noria que sirve para hidratar a los pocos animales que les quedan a las casi 60 familias que persisten ahí.

Según los campesinos, hasta hace un par de semanas el ejido no tenía agua potable. Hasta que comenzaron a llevarles el líquido en una pipa que abastece semanalmente a cinco tinacos.

Habían durado más de cuatro meses sin que les surtieran agua, tenían que proveerse de la noria que tienen, en la cual suelen sumergirse los animales de ganado.

“Primero la gente andaba mala del estómago con esa agua, pero después se va aclimatando”, asegura Abraham Ramírez, al agregar que la potabilizadora que tienen en el ejido no funciona.

En lo que va del año, apunta el campesino, han perdido la vida una docena de sus vacas ante la falta de alimento, pues la ausencia de lluvias no permite el crecimiento de pasto.

Dicha cantidad, corresponde a una parte de la cifra que tiene registrado el Departamento de Fomento Agropecuario, la cual es de alrededor de más de 500 bovinos.

Ante eso, han optado por alimentarlas con nopal, sin embargo Ramírez González sabe que no tardará en terminarse también, pues de ahí también sustentan a caballos y burros.

“Hay gente que se va por lo mismo, saben que ya no hay nada por hacer. Uno sigue aquí por sus animalitos y le echamos ganas”, indica.

Los principales destinos de las personas que abandonan esa comunidad, a decir de los pobladores, son Acuña, Ramos Arizpe y Ciudad Juárez, pues ahí tienen familiares.

Los que deciden quedarse toman el camino de producir carbón, cera y orégano.

Los precios de cada producto por kilo son dos, seis y 36 pesos, respectivamente.

A decir de la Secretaría de Desarrollo Social a nivel federal, Charcos de Risa es considerada como una comunidad de alta marginación y cuenta con más de 150 habitantes.

Los pobladores aseguran sentirse solos, pues ninguna autoridad ya sea municipal, estatal o federal los visita. Creen que la situación de sequía es similar a otros ejidos como El Venado.
“Hay muchos –funcionarios- que sólo llegan hasta El Venado y comentan que aquí está igual, pero no vienen a ver, aquí es peor.

Dicen que vienen a Charcos y al Valle de Acatita, pero no es igual porque a esos ejidos les llega el agua de riego del río”, asegura.

Vicente Arévalo Mora, titular de Desarrollo Rural en el municipio, coincide en que esas comunidades son de las más afectadas por la sequía, pero considera que dentro unos meses de no llover, las comunidades que reciben riegos podrían estar igual o peor.

Lo anterior debido a que no habría agua en las presas para llevar acabo los ciclos de riego.

“Si no entra agua al área bajo riego vamos a estar peor que ellos, pues dependemos solamente del volumen de agua de la presa del palmito. La crisis está fuerte y estamos en la cuerda floja”, afirma.

Ante los estragos por la sequía, menciona Arévalo Mora, se han tenido reuniones con los comisariados ejidales de todas las 56 comunidades rurales que hay en Francisco I. Madero.

Las principales afectadas, según informes previos presentados en esas juntas son las que corresponden al Valle de Acatita, así como La Trinidad, el nuevo centro de población Benito Juárez y La Fortuna.

En ellas, los efectos de la sequía han cobrado la vida de ocho mil cabras, de cerca de 30 mil que solía haber en el municipio.

“Los daños no se han presentado a la Secretaría de Economía, a nivel nacional, porque supuestamente estamos dentro de un proceso electoral y ellos tienen prohibido asistir a actos donde hay aglomerados de campesinos”, aclara.

Abraham Ramírez seguirá en su comunidad hasta que sus animales aguanten, espera que lleguen apoyos, llueva o simplemente que alguien los visite para no sentirse tan solos.

“Más que nada a veces se siente uno solo, por acá no nos visitan para ver cómo están las consecuencias, el carbón a veces uno lo lleva y lo paran las autoridades porque no dejan venderlo”, expresa decepcionado.

Hoy más que nunca, extraña aquellos estanques que daban vida a su pueblo.






“Gobierno federal incumple”




Cristóbal Marrufo López, alcalde de Francisco I. Madero, aseguró que el gobierno municipal ha hecho lo que le corresponde para mitigar los efectos de la sequía que inició el año pasado, quienes no han cumplido son las autoridades federales.

En ese aspecto, indicó que la única dependencia que ha respondido es la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

“En términos generales, está delicada la situación. Hemos tenido algunos avances con la Conagua, esto con la instalación de los megatanques en algunas comunidades y las pipas que se enviaron para llenarlos”, dijo.

Por ese lado, explicó que el municipio colaboró con la instalación de las bases de esos contenedores, los cuales se encuentran en once comunidades.

Entre las que se encuentra El Cántabro, San Salvador de Arriba, Benito Juárez, Finisterre, San Isidro, El Venado, La Virgen, La Pinta y Covadonga. A pesar de eso, no han tenido la misma suerte con la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), pues aunque personal de esa dependencia realizó un sondeo hace dos meses en todas las comunidades del municipio, el programa de apoyo alimentario que se prometió no ha llegado.






A viva voz





Dependemos sólo del volumen de agua de la presa del palmito. La crisis está fuerte y estamos en la cuerda floja”




Vicente Arévalo Mora